La fuerza de mi alma
Como si mi corazón estuviera construido con una pila de
naipes, así de frágil se siente. Tan fácil que se te hace desmoronar todo
aquello que he construido para ti. Sin más, te acercas y me descompones todo.
Desorganizas mis entrañas a tu antojo, que fácil se te hace… que cotidiano se
ha vuelto ese oficio para ti.
Antes de conocerte me sentía segura, era una mujer
valiente, tenaz, poderosa, capaz de conquistar el mundo si así me lo proponía.
Pero tenías que cruzarte en mi vida, y con tu presencia cambiar para siempre el curso de mi historia. No sé
si son tus labios que tienen el poder, o esos tibios besos que nos dábamos al
amanecer, los que me debilitan y me alejan de mi deber.
No sé qué hacer con esto que siento, mi corazón parece
salirse de mi pecho. Con solo mirarte, con solo hablarte, mis sentidos pierden
su función, me vuelvo nada, me lleno de ti y me vuelvo tuya. ¿Será esto a lo
que le llaman verdadero amor? No lo sé.
Es que a pesar de la distancia y del tiempo, sigues
estando en mí y sigues provocando esa sensación, de no querer hacer otra cosa
más que vivir por ti y para ti. Lo tengo que admitir tengo miedo de que esta
locura de amarte siga creciendo como ha ido creciendo a través de los años y
cada vez mas pierdo la razón de lo que soy yo convirtiéndome en una parte de ti.
Estas palabras sobran, todos los textos inspirados por ti
no sirven, solo porque no estás a mi lado, lo que vivimos se quedó oculto entre
las sombras de un pasado… que triste. Qué triste es recordarlo, que triste es
vivir ahora sin tu amor, sin tus labios pegados a mí, y sin esa sensación de
estar segura solo por que estabas a mi lado.
De algo estoy segura, hoy que desde lejos puedo verte,
sigues siendo exactamente todo lo que anhelaba para mi, sigues siendo esa alma
que me inspira, sigues estando en mis promesas de no volver a amar a nadie más
que solo a ti. Sigues siendo mi debilidad, mi alegría y la razón de llorar cada
noche por tu adiós.
Lizbeth Hernandez
Comments
Post a Comment