No hay lágrimas pérdidas

 

Es inevitable, solo tengo que dejar que rueden por mis mejillas, dejar que sean lo que son, la representación viva del dolor.

Nada mas eso era lo que faltaba, volver a derramar lagrimas por ti.

Hoy analizando y escudriñando en este desaliñado corazón, me doy cuenta que todo es por amor.

Sufro sí, no lo puedo evadir pero cada día y cada instante que lo hago sé que es para aprender a vivir.

No hay mal que dure cien años dice el refrán, espero que esa frase no se equivoque y de ti me pueda olvidar.

Minutos, horas, días, meses, esperando tu regreso, la distancia fue nuestra compañía en esos días de lejanía. Pero ahora que vuelves, con el puñado de sueños y esperanzas que vivimos, lo lanzas todo al vacio como si se hubiera vencido nuestro amor.

Amor, una palabra que con cuatro letras encierra miles de sentimientos, momentos, sacrificios decisiones, aventuras… en fin, es algo que pensé que teníamos pero que terminó.

Solo Dios tiene el poder de poner cosas en nuestro camino, fue una lección, aprendí a vivir un poco más, fui feliz por muchos instantes, no puedo negar que ha sido una hermosa aventura, y sé que las lagrimas que derramo hoy no son lagrimas perdidas, tampoco son lagrimas de dolor, tal vez son solo para crecer, quererme un poquito más, valorarme y ponerme de pie hoy con mas fuerzas, sé que soy fuerte y que puedo seguir adelante y con cada suceso seguiré aprendiendo, nunca olvidando lo importante que es volver a empezar. Lizbeth Hernández