Mientras tanto…

Decidida a no esperar sentada por ti, elijo mi mejor atuendo y salgo por ahí. Salgo a conocer como es la vida allá fuera, allá en el mundo donde dicen que existen personas peores que tu. Estoy tan hundida en ti que no me importa encontrar lo peor. Si al final se que no existe nada peor que tu.

En  mi andar me tropiezo con personas que son hermosas comparadas contigo, con personas que tienen un corazón que vale oro. Con miedo a ser defraudada con miedo a sufrir y caer en la continua depresión de siempre, me arriesgo, tomando en cuenta las palabras de una amiga, ‘’ nunca gana aquel que no arriesga nada’’ llego a la conclusión de que tengo que seguir, mis pasos son firmes, esta vez me dejo querer. Me digo a mi misma mientras inicio el viaje.

Sola y sin pensar más en nadie solo en mi y ahí estas te encuentro, sin esperarlo, estas ahí ileso sin ningún rasguño, no deje ninguna huella en ti, ninguna marca que pudiera recordarte que vivimos un tiempo locamente enamorados, perdidos el uno por el otro. Si. Así es como el mundo gira y me doy cuenta que solo nos puede herir lo que nosotros mismos permitimos. Es tan difícil de entender eso algunas veces. Es inútil verte ahora como estas, pienso para mí misma, si no gano nada, solo ensuciar más mi mente y seguir perdiendo el poco respeto que me queda por ti. Te ignoro, ya es lo único que me queda hacer por ti, mientras tanto… en mi tengo que seguir trabajando, tengo que continuar mi viaje, un viaje que decidí iniciar con mi mejor y más feliz rostro; continuaré la aventura que me queda y esta vez, sin mirar atrás.

Lizbeth Hernández